Todos sabemos que Luis Castañeda Lossio está en campaña, sólo que no sabemos si es que es para la presidencia (2011) o para la alcaldía de Lima (2010) que ahora ostenta. Sin embargo, vemos cómo es que su prepotencia con la cual ejecuta sus planes de construcción perjudican, en la actualidad, a la gente adjacente y a los proyectos que tanto las municipales distritales como los vecinos promueven. Ello se debe a que Castañeda obvia algo muy necesario en política el cual transparenta sus acciones y legitima sus obras: el diálogo y la retroalimentación con los supuestos beneficiarios y los impactados, es decir, quienes se perjudican y se benefician ante dichas construcciones.
El Jueves Perú.21 informó que el alcalde piensa hacer una avalancha de obras para «el beneficio de los limeños» mediante su vocero Armando Molina (siete obras viales de gran envergadura) sólo que, cuando el reportero del medio intentó preguntar sobre aquellas construcciones, esto fue lo que manifestó:
«¿Acaso no se sigue una planificación establecida? ¿O es que, más bien, las obras se han ido decidiendo a medida que han pasado los años? Por más que le pedimos al funcionario tener acceso al plan de obras edil o saber cuántas ya se han realizado de acuerdo con el cronograma de ejecución o, incluso, cuáles se priorizarán en 2010, no obtuvimos respuesta.»
Una pena verdaderamente. Es lamentable que el crecimiento de la ciudad se quiera hacer de forma desordenada y sin coordinar, incluso con el siguiente régimen, como debería de ser. ¿Los distintos proyectos tienen algún bendito Estudio de Impacto Ambiental tal como no ocurrió con el Metropolitano?… lo dudo. Otra pregunta es: ¿todo al mismo tiempo? Así hacemos que una persona que vaya desde el Jockey Plaza a la Universidad Católica siga demorándose una hora y cuarenta y cinco minutos en microbus partiendo a las 6:00pm… ¿Así queríamos hacer un Panamericano?

Las obras que Castañeda quiere hacer para su campaña proselitista valen 500 millones de soles (Fuente: Perú.21)
Por cierto, Armando Molina no tuvo respuesta alguna cuando se le preguntó sobre tres grandes obras viales que están presupuestadas pero que el funcionario desconocía de su existencia lo cual refleja la falta de planificación establecida por la Municipalidad de Lima.
«No obstante, en la web de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) –ente donde se convocan las licitaciones ediles– se aprecian otros tres proyectos viales más. Obras de magnitud que, al parecer, Molina no considera o desconoce.»
Lo peor es que no aprende de lo que ha hecho en Chorrillos y en Barranco con el Mounstuopolitano y eso que está pasando desapercibido por aquello que quiere hacer en la Av. Angamos Este y la Av. Primavera (ojalá que no se le ocurra así repentinamente por el bien de los vecinos de Surco, San Borja y Surquillo).

Un ejemplo del desorden y la descordinación ocurrió en San Marcos con el Bypass. Véase el Post de Cuaderno de Borrador "La santa condena del Bypass" (Haciendo click en su foto).
Al fin y al cabo vamos de crecer pero la prepotencia y el desorden nos deformará la ciudad atentando contra las verdaderas necesidades que los distintos ciudadanos tienen para poder trasladarse y poder convivir en el día a día. ¿Nos vamos a desesperar por el cemento sembrado?, ¿vamos a perjudicar nuestra calidad de vida por la constante excusa de la «obritis» (o sea, calla pero hace obras)?, ¿Va a hacer esto una constante en el gobierno limeño actual como en el siguiente con tal de tener la aceptación adecuada en las encuestas?, ¿sabía que el diálogo es importante para varios problemas como el otro de mayor importancia como lo es la seguridad ciudadana?

Carlincatura donde se explica como es que Castañeda Lossio le falta respeto a las autoridades ambientales tales como el Ministro Antonio Brack
Lo que hace el alcalde no sólo es arrogante, irregular, anti-ético… es, sobretodo, egoista porque no comparte la construcción de la ciudad, quiere hacer todo atropellando criterios, ciudadanos y normas y establecidas y se cree como el único capaz de hacer lo que ha hecho y dejando bombas de tiempo que, a la larga, serán vistas en la siguiente gestión o usando las obras para su reelección o para su candidatura a la Presidencia de la República.
Sería mejor si a Castañeda lo viéramos hablando tal como lo ha hecho en Guadalajara, respecto a los Panamericanos, donde un poco más y parecía alcalde de dicha ciudad porque tenía «respuestas para todo».