El Congreso de la República del Perú es una reverenda cloaca donde tranquilamente cinco de seis congresistas (que en total son 120 y siendo generoso) podrían considerarse delincuentes o cómplices del delito (el próximo mes espero hacer un trabajo que sistematize eso… y ojo, no confundir delincuencia con meros desatinos y/o fallas en las prácticas gubernamentales).
El próximo gobierno tendrá la dificultad de juzgarlos, amnistiarlos, evitar y/o seguir con sus prácticas que desprestigian el verdadero significado de la democracia y la representatividad legislativa de nuestro país.
Esta vez quien cayó fue nada mas y nada menos que el presidente del congreso Luis Alva Castro. Resulta que el congresista, quien además gozaba del cargo de mandato del parlamento, abonó arbitrariamente de los fondos del congreso, mediante la resolución nº021-2009-2010/P-CR, a la cantante Fabiola De la Cuba más de 15,000 dólares americanos para que ella pueda realizar su espectáculo cultural denominado «Muchik».
Aquí el reportaje de Prensa Libre del día lunes de esta semana por cortesía de gerardolipe20.
En pocas palabras, se sacan fondos del estado a sola firma sin ninguna consulta a alguna directiva, se crean documentos sin «cargos» (que posiblemente hayan sido inventados) que se archivan de manera anti-técnica y todavia exige que el medio que investigó se rectifique haciéndose la víctima. Ahora resulta que Alva Castro va a recortar sus beneficios económicos como congresista para tapar el forado que dejó su traslado de dinero a favor de la cantante folclórica.
Eso no es todo. Tal como Fabiola De la Cuba lo menciona, en la entrevista que le haría a Rosa María Palacios del programa Prensa Libre, no es la única vez que LAC le alcanza dinero proveniente del congreso. Y para rematar en la misma entrevista De la Cuba desmiente la versión del presidente del congreso que manifestó que dicha transacción era un prestamo hacia la cantante folclórica. Para colmo, el presidente del congreso es un mentiroso.
Bonus Track: Entrevista a Fabiola De la Cuba en Prensa Libre
Rosa María Palacios entrevista a la cantante folclórica e impulsora del evento «Mushik» Fabiola De la Cuba. En esta entrevista De la Cuba nos relata cómo es que se sostienen sus presentaciones y cómo es que se combinan los ingresos entre patrocinadores, colaboradores y cobros de entradas.
Personalmente creo que es extraño que la propuesta cultural no haya entrado a concurso público, que dicho evento contenga una variada serie de ingresos y respaldo técnico, con varios años de trayectoria, sin ninguna base de sostenibilidad. También, como RMP pudo afirmar, hay varias necesidades dentro de las instituciones culturales como Bellas Artes o la Sinfónica Nacional que requieren de financiamiento urgente.
En todo caso creo que De la Cuba habló lo que dice que conocía y fue precisa con sus detalles. Si sus intenciones no han sido sucias sería lamentable que un sujeto como Alva Castro la arrastrara a un problema claro de malversación de fondos.
Pero todo esto no termina aquí. Después que los opositores hayan criticado las acciones hechas por el Presidente del Congreso ahora resulta que todas las bancadas han avalado las acciones de quien es un malversador de fondos.
Es lamentable que la supuesta oposición se haya coludido ante un evidente y flagrante delito de funciones. Ello reconfirma que, al fin y al cabo, hay una «gran bancada impunidad» de aquellos que están cercanos al gobierno que terminan subordinando al resto.
Alva Castro ha tenido una larga carrera política. Es imposible que esta clase de errores los haya hecho, como «el chavo» diría, sin querer queriendo. Su permanencia en el congreso refleja la impunidad; su presidencia en el legislativo es otra muestra más viva de la «conchudez» con la que gobierna en esas esferas.
De seguro la respuesta de LAC será inundarnos de publicidad acerca de las normativas que aprueban como si nos hicieran un favor haciendo su chamba y como si cualquier otro congreso en el mundo haría lo mismo.
Total, al final, él tiene carta libre para hacer con la plata del congreso lo que le venga la regalada gana en un congreso cómplice que le hace comparsa.