Si algo me demuestra la columna del presidente Alan García en el diario Expreso es que este sujeto juega a ser el eje central para que, en torno a su persona, el país se polarice. Él incluso cree que la inmensa mayoría está de su lado, olvidándose que en la segunda vuelta más de la mitad de los votos que consiguió fueron “con nariz tapada” por parte de quienes lo eligieron, llamando a su artículo “A la fe de la inmensa mayoría”.
Ahora resulta que, como El Comercio resultó ser muy crítico a su actual gestión y a su pestífero artículo anterior, García decidió escribir en uno de los diarios realmente echados a su régimen: Expreso.
En el artículo que escribió para dicho medio se exponen diez puntos por los cuales este país se encuentra “en medio de una guerra fría continental” y que hay dos bandos: los buenos están con él, creen que el país creció (olvidándose que el INEI es acusado de maquillar cifras para los intereses oficialistas) y que defienden el estado de derecho; por otro lado, los malos son aquellos que critican y que todos ellos son unos cuantos incitadores de violencia que tienen ayuda foránea y que por ello existe lo de la injerencia extranjera.
Se sigue mostrando cifras sin demostrarnos nada concreto ni tangible que nos pueda hacer reflexionar en la calidad de vida de los peruanos, se sigue impulsando el mito propagandístico de que “El Perú Avanza” y se ha crecido más que en el resto de países del mundo (ver lo del INEI); pero se quiere poner a los transportistas, amazónicos, campesinos, periodistas entre otros sectores descontentos como parte del complot.
Incluso a los bloggers (como si no fueran de variopintas tendencias) se los acusa de jugar en contra de la patria. A partir de eso quisiera comentar algo al respecto utilizando algunos ejemplos de lo dicho por el presidente (resaltados en el Utero.pe).
“En Rusia de 1917 los revolucionarios clásicos querían tomar los cuarteles y las oficinas del gobierno, pero Trotsky comprendió que era mejor tomar los trenes, los telégrafos y las radios. Los de ahora saben que no pueden ganar las elecciones ni pueden tomar los cuarteles porque han asesinado demasiados soldados y policías, por eso, sólo se multiplican en los blogs, azuzan a los comunicadores, se adueñan con violencia de la noticia, etc. (…)
(…) ¿Qué falta a esta inmensa mayoría? Actuar, evitar que el monopolio de la movilización y el grito esté en manos de los “antisistema”. Usar más el teléfono y el internet para exponer en las radios y en los blogs sus ideas sobre el tema de fondo. Enviar cartas a los medios de comunicación, exigir a sus parlamentarios y alcaldes más definición, crear grupos de acción y sobre todo no rendirse ante los que agitan el extremismo.”
¿Pero recuerdan que escribí este post “Que no nos agarre la polarización” días antes del artículo de García? Bueno, este comentario cae como anillo al dedo. Es de esta manera “cómo contesto al presidente de forma premonitoria”.
“Ambas posiciones se llenan de mitos, de teorías de conspiraciones, de críticas poco fundamentadas, de miedos e intentan captar el discurso de algunos “tontos útiles” para entronarse en el poder. Estos “tontos útiles” pueden ser desde empresarios, intelectuales, profesionales, dirigentes vecinales, individuos de gremios de trabajadores, periodistas, entre otros. Ellos siempre querrán poner en contra a uno para acercarlo a la posición de ese “burdo crítico polarizado”.”
El artículo de García da detalles fidedignos de un agitador que sólo tiene el interés de plantear un país polarizado para poner en el mismo saco de subversivos a sus críticos justificando, de esa forma, su incapacidad para gobernar el país (incluso por segunda vez). Supongo que un presidente debe de tener mayores preocupaciones en vez de crear esa inútil atmósfera de guerra fría en la cual nos quiere envolver a todos los peruanos.
Por último, en medio de la paranoia de Alan sobre esta “broncaza continental” entre el bueno y el malo que sólo quiere enervar posiciones y posturas irreconciliables a tal punto de dejarnos el país en una macabra polarización ¿Dónde quedaríamos la verdadera vasta mayoría que quiere que el gobierno de Alan García tenga éxito (más que en las cifras en la calidad de vida) pero que nota fiasco, copamiento, ineficacia gubernamental, corrupción, impunidad, muertes en su gobierno y a la vez la estafa que resultó ser su candidatura presidencial? A esa verdadera vasta mayoría de peruanos, el presidente no nos quiere tomar en cuenta. Simplemente nos quiere polarizar y que decidamos tomar «su bando» o el «otro».
Pd: Otras opiniones: No pueden dejar de leer a Carlos Ivan Degregori quien critica la guerra fría imaginaria de Alan García (y a la vez lo compara con George W. Bush con argumentos sólidos); a Farid Martuk explicándonos algo sobre Trotskismo respecto a las declaraciones del mandatario y a Augusto Álvarez Rodrich poniéndole la chapa de Ultramán al presidente polarizador que tenemos (y tememos).
Pd2: Para todos los que alucinan la invasión, la “injerencia extranjera” y los que ven esto como un psicosocial del presidente para justificar su incapacidad pueden jugar “Risk”.