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Paola Vargas - Víctima de barristas de la U

Esta semana hemos sido testigos en los medios de dos actos repudiables: la tortura en la discoteca Tonga de tres muchachos llamados Frank Jiménez, Carlos Sullón y Gonzalo Palacios quienes fueron confundidos por delincuentes siendo humillados vergonzosamente y la muerte de la estudiante Paola Vargas después de haber sido empujada desde una combi en movimiento por barristas de Universitario de Deportes haciéndola que su cabeza se golpee contra el pavimento y se produzca su deceso. Si bien, ambos casos ocurrieron en distintos espacios, horarios, situación geográfica y por diferentes motivos, comparten un componente común que hay que desterrarlo de nuestra sociedad. Me refiero a la matonería, y peor aún, la que se ejecuta deliberadamente siendo avalada y escudada dentro de un grupo social con fines e intereses particulares.

Víctimas del incidente ocurrido en la Discoteca Tonga denunciando el caso

La matonería se da con el conocimiento de causa del agresor de que “nada va a pasar”, o sea impunidad, porque tiene una institución y/o instituciones que lo protegen y no revelan la identidad y/o identidades de los criminales. Si bien dichos actos pueden ser hechas bajo una orden de un superior y/o contratante (como ocurrió en la discoteca Tonga) o por un momento de exaltación de algún individuo y/o individuos dentro del grupo (como ocurrió con Paola Vargas). Eso hace que el delincuente halle en el grupo un escudo, que es el anonimato, que lo encubrirá.

Ello va acompañado con el bajo autocontrol del individuo en masa. haciendo que el individuo sea dominado por sus acciones y expresiones en vez de razonar y que su comportamiento sea más desproporcionado y lesivo hacia cualquier otro integrante de la sociedad o bien común.

Caso 1: La Muerte de Paola Vargas por hinchas de Universitario de Deportes

Por cortesía de jorgenb696

Es el caso de la contadora Paola Vargas  quien este domingo tomó un bus en la Av. San Luis (iba por la A. Javier Prado), que luego sería copado por barrista de Universitario quienes iban al Monumental para el partido contra el Melgar FC. Antes que Vargas decidiera bajarse cerca al Plaza Vea del Jockey Plaza, los barristas le robaron algunas pertenencias suyas y la empujaron desde la puerta. Paola Vargas murió después de que su cabeza chocara contra el piso.

Trinchera Norte La Barra de la U

También tenemos los condicionamientos de los integrantes dentro del grupo que discrepan con dichas acciones o terceros que contemplaron dichos actos delictivos los cuales se han convertido en testigos de los hechos. Dependiendo de los principios, la capacidad de descripción y memoria, otros factores condicionantes del entorno y, sobretodo, del cuidado que tengan para evitar posibles ataques del grupo y/o individuo agresor, el testigo colaboraría. Y ojo, que en el caso del “disidente” (o sea, el primer caso) es peor porque dentro de dicho nicho será rechazado y repudiado por “soplón”, “acusete” o “traidor” ya que supuestamente “quebraría las normas de convivencia de dicho grupo”.

Policías y público

Pero lamentablemente, en nuestro país, no contamos con la protección adecuada a los testigos, tenemos la falta de solidaridad de algunos representantes de instituciones directa y/o indirectamente involucradas (los cuales sólo creen que “declarando disculpas” y diciendo que «van a colaborar con la autoridad» resuelve el tema particular) y en muchos casos el deber ciudadano se ve opacado por la ineficacia del aparato estatal, tanto en justicia como en la policía. Ello serán los mayores obstáculos para pode hacer desenmascarar a aquellos delincuentes que se amparan en el anonimato y que actúan mediante el descontrol grupal, la alta posibilidad de impunidad y el “respaldo” y/o ninguneo de otras instituciones.

Caso 2: La agresión de tres asistentes a la discoteca Tonga de Los Olivos

Por cortesía de INTERFILMSTV1

El Sábado personal de seguridad de la Discoteca Tonga acusa a tres jóvenes concurrentes de haber robado, motivo por el cual comienzan a golpearlos, vejarlos y humillarlos en frente del público. Los jóvenes son Carlos Sullón Ballesteros, Gonzalo Palacios Zapata y Frank Jiménez Mora.

Para el colmo, el mismo personal de seguridad robaron las pertenencias de las tres víctimas.

Ubicación de la discoteca Tonga en el Bulevar de Los Olivos

Un caso es más triste y más difícil para poder hallar al responsable o a los responsables ya que el grupo probablemente se encontraba aglomerado en la combi y porque la víctima, lamentablemente, ha fallecido; en el otro caso se trata de vigilantes de una discoteca donde hay pruebas contundentes sobre el personal que trabaja, quien es el dueño (Jorge Tello Villalobos) y cómo es que han cometido delito ya que las víctimas, los principales testigos, están con vida.

Necesitamos autoridades competentes que imposibiliten cualquier actitud matonesca de unos sobre otros (y que no se hagan los cómplices como en el caso de la Discoteca), participación ciudadana en seguridad con un aparato estatal creíble y justo y tecnologías factibles para identificar a los responsables. De lo contrario será difícil evitar que los potenciales vándalos se “descontrolen” y cometan sus atropellos.

La Matonería como Sociedad Anónima está presente… desde donde te encuentres recházala sin ningún tapujo… cuidar de otros es cuidarte a ti mismo.

Pd. Este viernes (mañana) a las 6:30pm Frente al Palacio de Justicia asistan a la manifestacion para parar la violencia de las barras bravas (yo no podré estar porque cruza con mi diplomado).

No estaría mal también hacer un evento para la clausura del «Tonga» así que gente del Cono Norte, de Morropón, de Los Olivos… ¡a manifestarse!