El sábado, mediante la creación de un Decreto de Urgencia, Alan García comenzará a impulsar esta idea polémica suya de los núcleos ejecutores. Este programa estará a cargo de un FONCODES que se convirtió en la chacra de Carlos Arana quien ha sido cuestionado por su ineficiencia en los gastos públicos en dicha institución (gastó sólo 1.6% para gastos de capital y 9% para gastos en inversiones) y que, a pesar de ser cuestionado por otras actividades anteriores, tiene el respaldo del Presidente.
La idea consta de darle dinero a los grupos organizados para que hagan proyectos dentro de su localidad y esta plata puede ser pedida al Gobierno Nacional, Regional y/o Local quienes destinarán el 6% de su presupuesto para los respectivos proyectos.
Todo esto se da en un contexto donde hay malos profesionales en el estado que no pueden hacer proyectos porque son incapaces de pasar los requisitos que pone el Sistema Nacional de Inversión Pública, en una desesperante carrera por construir cualquier obra antes de que García termine su mandato para aparentar el “desarrollo nacional” exhibido en sus artículos, en un continuo copamiento del aparato estatal por parte del APRA y en un país donde hay bastantes conflictos sociales.
¿Qué ocurrirá al darle plata a los núcleos ejecutores? Peleas, favoritismos políticos, corrupción, robo, lucro ilícito y asociación ilícita para delinquir (puede que quede corto). ¿Por qué? porque los proyectos lo pueden hacer manipulando las respectivas voluntades de distintas poblaciones, porque van a debilitar la necesidad de presenciar el estado por la zona si es que la corrupción se generaliza, porque no hay técnicos ni profesionales suficientes para canalizar los proyectos, porque sujetos inescrupulosos van a presentar proyectos de desarrollo como si fueran “sacarse la Tinka”, porque los grupos fantoches pueden fungir de grupos organizados, porque hay falta de fiscalización en casi todo el país, porque pueden ser usados para las campañas electorales de los candidatos oficialistas de turno, porque también pueden priorizarse obras ridículas como hemos visto anteriormente y podríamos enlistar los diferentes contextos por los cuales la propuesta de los núcleos ejecutores es inviable.
En este país donde hay demasiados traficantes de tierra y de madera, de minería informal, narcotraficantes… ¿piensan que la misma población, que incluso puede ser amenazada “de haber sido soplones” por algún grupo si es que detectan las anomalías que mencioné, pueden fiscalizar en lugares remotos si no hay presencia del Estado?, ¿por qué el presidente quiere comenzarlo en Lima donde, oh… que coincidencia, partidarios apristas traficaron con tierras?, ¿por qué no incentivan la participación de las personas en el presupuesto participativo de las distintas municipalidades para que puedan canalizarse sus necesidades?
Podemos preguntarnos bastantes cosas y es nuestra responsabilidad “fiscalizadora y ciudadana” (que tanto el presidente dijo) que lo hagamos el día de hoy pero, a decir verdad, las actitudes del Presidente en cuanto a la lucha anti-corrupción así como el rechazo que este hace a las críticas que denuncian la inviabilidad del financiamiento de los “núcleos ejecutores” y del copamiento partidario hace que este decreto de urgencia es una invitación para la gente inescrupulosa para los micro-faenones. Definitivamente esto es el populismo de lo más asqueroso.
Pero hay algo que no se tiene en cuenta los cuales son los conflictos que los micro-faenones conllevarían porque, aparte de ello, incentivaría y fortalecería las rivalidades para que estos grupos consigan algo de dinero y/o dentro de la implementación de los proyectos. Creo yo que el verdadero propósito de Alan García es desviar el descontento que la población le tiene al gobierno central, sobretodo después de lo que ocurrió en Bagua, para que se peleen, se acusen, se roben y hasta se maten entre las comunidades tanto dentro de éstas como contra el vecino colindante… una verdadera negligencia hacia la interculturalidad.
Este decreto es más peligroso de lo que parece… están todos advertidos.