
Manuel Vásquez Coronado en conferencia de prensa cuando era director del Penal de Cantera de Cañete (Cortesía: Punto de Encuetro Cañete)
Lamentamos hoy la muerte de quien fue, en vida, Segundo Manuel Vásquez Coronado. Él desempeñaba su labor como director del Penal Castro Castro y fue asesinado con cuatro balazos en la puerta de su hogar ubicado en el distrito de El Agustino. Lo que más rabia da de este caso es que esa muerte fue anunciada previamente por sus psicarios.
Este, a la vez, es una claro ejemplo de la falta de respaldo que tienen los integrantes que deben de resguardar los centros penitenciarios así como la falta de implementación de nuevas tecnologías que permitan interceptar las telecomunicaciones de los delincuentes con sus líderes que están en las cárceles.
Ante todo esto… ¿alguien se hace responsable?… no. Lo que hay es «razgada de vestidura» de aquel ministro que debería de ser responsable político (porque es de responsabilidad de la cartera de Justicia el sistema penitenciario), una salida inesperada del Jefe del Instituto Nacional Penitenciario (por el Caso Crousillat) y su reemplazo que, teniendo un día en el cargo, toma la papa caliente del sistema carcelario.
¿Aprovechamiento de la coyuntura penitenciaria?, ¿operativo desde la cárcel para amenazar y matar?, ¿falta de implementaciones para la inteceptación de telecomunicaciones?… lo peor es que las irregularidades en el sector penitenciario son cada vez más constantes y notorias (Chachapoyas, San Juan de Lurigancho, Barbadillo, Abancay, etc).
Creo pertinente que el Ministro de Justicia Aurelio Pastor debe de renunciar o que lo saquen de su cargo ya que su ineficiencia y su incapacidad permiten esta clase de atropellos y de irregularidades al personal del sistema penitenciario. Entre el personal del INPE, falto de respaldo, no lo quieren. Nosotros tampoco.
¿O acaso es que Alan García prefiere un triste franelero (recuerdese lo expuesto de «Bagua en Ginebra» o la «Cárcel de la Selva en el Mensaje Presidencial») que la vida constantemente amenazada del personal del INPE? Las irresponsabilidades en poner gente incapaz cuesta… sólo que, en este caso, cuestan vidas.
Ojalá la franela no pese más que la cordura.