Tal vez acá en el Perú nos hayamos olvidado que el presidente o la presidenta es la primera autoridad pública en el país y que debe de respetar al resto de la población, que en parte, lo ha puesto en la posición en la que está. Ustedes se preguntarán, ¿cómo alguien que está en ese cargo puede tratar a un ciudadano como realmente se lo merece?
El caso del peligro que representa la «gripe porcina» en el mundo puede reflejar el respeto que los distintos mandatarios le dan a la población del territorio en el que gobiernan. La mejor forma de comunicar la situación actual depende de donde uno se encuentre y que se adopten medidas de acorde a esa realidad.
Veamos como comunica Alan García, presidente del Perú, respecto a la Gripe Porcina y luego analicemos:
- Si bien se encuentra en una “apertura de hospital” no es coherente con una de las advertencias para la ocasión: evitar aglomeraciones.
- Vemos como el presidente manda advertencias como si fuera un patrón sin respaldarse en ninguna institución para corroborar los datos que él dice. Por lo tanto él quiere que la gente crea que él tiene “la razón divina”.
- No es consciente sobre la realidad de su país en el abastecimiento de elementos como mascarillas y alarma a la población sin que se hayan presentado casos de dicha gripe.
- Cuando el presidente dice “estoy seguro” en verdad es una orden que él manda en instante a los entes de salud improvisando ciertas acciones ya que ni siquiera advierte de conversaciones con las autoridades en el rubro de Salud en el país sobre el tema. Es una excusa por si algo falla para que él pueda lavarse las manos culpando a otros funcionarios.
- Sus acciones se contradicen con sus palabras, en el tema de las aglomeraciones, debido a que él practica una “política de estrado” y requiere cierta presencia para querer evidenciar acciones. También queda evidente que habla demás refiriéndose a que ninguno, incluso él mismo, de los que estaban en el evento ha ido últimamente de viaje cuando el mismo presidente fue quien retornó hace poco del extranjero. Debido a las prácticas populistas el presidente intenta equiparar sus condiciones con el público haciendo un discurso poco atinado, irreverente y desordenado
- Para el presidente no existe el ciudadano, existe el que tiene disciplina. Mete miedo a la población acerca de la globalización en cuanto a estos temas como la gripe porcina se refiere y no coloca al peruano como ciudadano parte de este mundo.
Ahora veamos a Michelle Bachelet respecto al mismo tema y resaltemos algunos puntos de su declaración:
- Ella se encuentra transmitiendo un mensaje a la nación, por lo tanto, utiliza los medios comunicacionales de manera efectiva para cumplir con la advertencia de evitar aglomeraciones.
- Impulsa el cumplimiento adecuado de los distintos roles de los diferentes actores en la sociedad así como corrobora sus datos con distintas organizaciones, tanto nacionales como internacionales, referentes al tema de Salud.
- Si bien no se han presentado casos en su país, prepara a la población y les recuerda algunos programas de salud hacia los cuales la población tiene acceso.
- La presidenta conversa previamente sus acciones dialogando con los distintos entes involucrados en el tema fortaleciendo el respeto a la institucionalidad.
- Sus acciones van de acorde con sus palabras y no hace uso de la “política de estrado” ni de prácticas populistas al informar sobre la importancia del caso. Hay un claro orden en el discurso el cual podemos estructurar y una comunicación prudente en la forma de para dar a conocer la situación real en la que Chile se encuentra respecto al tema en cuestión.
- La presidenta habla del ciudadano fortaleciendo su rol participativo, su derecho a estar informado y el respeto que éste debe de dar a otros integrantes de su sociedad. También aprovecha el tiempo para dar algunos consejos sanitarios básicos como el lavado de manos y el uso del pañuelo desechable así como ciertas instrucciones para los enfermos como evitar lugares conglomerados. En fin, coloca al chileno no sólo como ciudadano Chile sino como ciudadano de un mundo.
Es allí donde también podemos ver la diferencia que hemos tratado en este blog: la de un líder con un caudillo. Eso es también para los que sólo ven que es importante ganarle a Chile en crecimiento económico porque en calidad presidencial nos aplastan. Incluso Bachelet le da una chiquita a Alan García cuando le dice «no hacer caso a las voces alarmistas».
Después de escuchar a ambos de hecho se preguntarán por qué el Perú no podemos tener un presidente o una presidenta con las características que representa en este caso a Michelle Bachelet (izquierda moderna liberal, de clase socioeconómica media alta respetuosa del ciudadano(a), de los derechos humanos, del ambiente e impulsora de la mejora de la calidad de vida yendo conjuntamente con el crecimiento económico…). La respuesta es muy simple: si Michelle Bachelet hubiese nacido en el Perú la hubiesen catalogado como “caviar” en un país acostumbrado a adoptar caudillos que siempre les prometen “mano dura” y que siempre fallan ante la población.
Por último, si el APRA fuese partido político (como dice ser) no utilizaría las “proclamas divinas” hacia el presidente de turno como si su “culto a su personalidad” fuese la solución a todos los problemas del país. Para mi son un culto monolítico “Haya-García” hacia fuera y una “service” hacia adentro que en vez de cobrar usan el copamiento dentro de las instituciones para estar bien asegurados en sus trabajos más allá de su calidad profesional.
Agradezco al comentarista «Mapachito» en Utero.pe y a Ocram por hacernos llegar ambos videos.