Cuentan los viejos billetes de Antonio Raimondi/ la historia más tenebrosa ocurrida aquí/ érase el periodo de 85 al 90/ tiempo en el que Alan García por primera vez gobierna.
“El joven presidente sus acólitos tenía/ Lima no sabia lo que en provincias ocurría/ avanzaba el boom migratorio a la capital/ pues no era por casualidad como algunos aludían./ Prometió y juró ciertas obras concluidas/ se volvió populachero y la gente le creía/ se zurraba constantemente en la sostenibilidad/ y eso era un trago amargo que el Perú iba a pagar.
Ni que decir del copamiento partidario/ la justicia, ministerios y empresas del estado/ se volvieron ineficientes a los ojos del ciudadano/ por tanto aprista incapaz atornillado en esos espacios.
De repente vino “la crisis regional”/ el presidente dio la espalda a la realidad/ decía que todos íbamos bien/ y que el Perú con él iba a crecer.
Pero la economía cayó de manera gravitante/ sus medidas populacheras se volvieron insostenibles/ la corrupción en su partido y en el estado campeaba/ se fortaleció el terrorismo que al Perú asediaba./ Al populachero todo se le puso en su contra/ sus acólitos lo ignoraron y la crisis empeora/ antes fuimos testigos de apagones en la noche/ y ya no le queda más que manejar las elecciones/ para evitar las investigaciones mediante las prescripciones/ ordenando amoldar a una creación suya/ que en periodo electoral contó con todo el apoyo del aparato estatal.”
Pasarán 16 años para que se repita la historia/ pues su cuco engendró una detestable dictadura/ volvió la democracia pero existía la desgracia/ que la gente puso a ese antiguo joven ex presidente que ganó las elecciones/ inflando su soberbia y su barriga desde entonces.
“El obeso presidente sus acólitos tiene/ Lima no sabe lo que en provincias ocurre/ avanza el boom económico en la capital/ pues no era por casualidad como algunos aluden./ Promete y jura ciertas obras concluidas/ se vuelve populachero y la gente le cree/ se zurra constantemente en la sostenibilidad/ y eso es un trago amargo que el Perú vuelve a pagar.
Ni que decir del copamiento partidario/ la justicia, ministerios y empresas del estado/ son ineficientes a los ojos del ciudadano/ por tanto aprista incapaz atornillado en esos espacios.
De repente se presenta “la crisis mundial”/ el presidente da la espalda a la realidad/ dice que todos vamos bien/ y que el Perú con él va a crecer.
Pero la economía cae de manera gravitante/ sus medidas populacheras se ven insostenibles/ la corrupción en su partido y en el estado campea/ se fortalece el terrorismo que al Perú asedia./ Al populachero todo se le va a poner en su contra/ sus acólitos lo ignoran y la crisis empeora/ ahora somos testigos de apagones en la noche/ ya no le quedará más que manejar las elecciones/ para evitar las investigaciones mediante las prescripciones/ ordenando amoldar a una creación suya/ que en periodo electoral contará con el apoyo del aparato estatal.”
“Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”
Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana, Filósofo Español.
Es que si no estudian ni comprenden niños (historia en específico) van a sufrir las penurias del pasado. Como saben ya están condenados asi que sufran la furia de «crazy horse»… y si siguen votando inmaduramente sentirán la ira del caudillo «mano dura» que nunca falta en el país (y que siempre les va a fallar).
Ahora no hay donde huir porque la crisis es mundial. Perú no guardó pan para Mayo y ahora se ve amenazado nuevamente bajo las presiones del mismo sujeto que años atrás engaño a otros ilusos como lo fueron sus padres. Te perrearon la mente con estrellitas, te danzaron teteo con la «Vida es un Carnaval»… y ahora te toca corear «Sufre peruano, sufre» de nuevo.
Pero no toda historia es igual: El presidente ya no es joven sino viejo y obeso y la crisis ya no es regional sino mundial. En todo caso no le faltaba razón a un dictadorzuelo mantenido de petrodólares quien dijo que Alan García era el Carlos Andrés Pérez del Perú, capaz de convencer a cierta gente con la mismas artimañas apristas y dejar el país en crisis por segunda vez.
Saludos Mortales