Uno de los mayores traidores de la patria y de las Fuerzas Armadas, desde el ámbito militar en la guerra interna contra el terrorismo, es el ex-jefe político militar de las Provincias Huanta y La Mar (al norte del departamento de Ayacucho) entre los años 1984 y 1986 capitán de corbeta Álvaro Serapio Artaza Adrianzén, más conocido como “Comandante Camión”.
¿Por qué un traidor? Simplemente porque sus acciones fueron tan macabras que resultaron confundiendo al poblador el verdadero rol de las FFAA en la zona, que era el de proteger a la patria y a los individuos no violentistas que la componían, o sea, la gran mayoría no vinculada al terrorismo. Su forma de enfrentar al grupo terrorista Sendero Luminoso saliéndose de sus obligaciones maltratando a la gente, permitiendo violaciones y ejecutando inocentes agravó el problema haciendo percibir al poblador el abandono institucional del estado y por ende “la sensación de estar entre dos fuegos cruzados” en vez de sentir la protección de su patria a través de los militares.
Traidores como este miserable personaje fortalecieron el dogma de Sendero y le han dado más insumos para que el grupo terrorista gane algunos adeptos y pueda expandirse por todo Ayacucho y por el resto del país desprestigiando la labor de las FFAA. Él militar en cuestión ejecutó sistemáticamente violaciones contra los Derechos Humanos contra la población. Entre sus víctimas están el periodista Jaime Ayala, quien trabajó para el Diario La República y denunció los hechos perpetuados por los militares en Huanta. Ahora el caso volvió otra vez a la palestra pública al haber una posibilidad de hallar sus restos en una fosa común.
La misma actriz ayacuchana Magaly Solier (vía Utero.pe de Ocram), nos contó como su madre le habló acerca de las violaciones perpetradas en dicha localidad y cómo el Estadio de Huanta era utilizado para macabros fines.
La Marina de Guerra del Perú declaró la muerte del capitán mencionado en 1986 a causa de un secuestro, sin embargo la Organización No Gubernamental National Security Access da fe de que la institución Naval manipuló el secuestro para proteger a Artaza y así evitar que desacrediten la institución.
Hay un informe del Diario La República (el 16 de Agosto del 2003), en el cual revelan que el Comandante Camión arribó al Perú, con documentación falsa, desde Estados Unidos.
La Marina de Guerra del Perú conoce sobre el caso de Álvaro Artaza y sus autoridades deben de revelar el paradero del Comandante Camión. En un pasado integrantes suyos intentaron desprestigiar la investigación del Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación cuando éstos comenzaron a investigar el caso de Huanta tal como menciona la Revista Caretas el 14 de Agosto del 2003 en su artículo «Los Puntos y las Comas».
Lastimosamente el espíritu de cuerpo, implementado en las instituciones castrenses, no permite ubicar al carnicero de Huanta. Insto a la Marina a que nos dé la ubicación para enjuiciar a dicho miembro de su institución y que se deje de de una vez esa desfachatez del espíritu de cuerpo en la instituciones castrenses, sobretodo para este tipo de casos. A las autoridades de Marina solo puedo decirles que el encubrimiento de delincuentes los hace traidores a ellos mismos. ¿O están con el Perú o están con Camión?
También pido al ministro de Defensa, Ántero Flores Aráoz, a que se manifieste al respecto. No vaya a ser que él también sea un cómplice pasivo al callar ni tratar de frente a las autoridades de dicha institución.
Ya el caso de Business Track demostró la pasividad del ministro en materia de destapar el espíritu de cuerpo en dicha institución, y para colmo como algunos “personajetes” de la política, no aceptan la propuesta del Museo de la Memoria, que de paso nos ayudaría a ubicar a los traidores de la FFAA para separarlos de los que verdaderamente defendieron a nuestro país.